Hay primeros discos que son producto del empeño y otros que surgen por aclamación. Si se dan las dos premisas, enhorabuena. Y si el talento va de la mano del esfuerzo, si la inspiración se suma al bendito ensayo y error, hay razones de sobra para felicitar a sus protagonistas. Puede que en estos tiempos de urgencias se haya perdido cierto mimo para esa frase emocionante: el primer disco. Y que haya casos a los que les pase eso de, parafraseando a Javier Krahe: Yo, que aspiraba a la gloria de...